Acroarte debe ensayar nuevas fórmulas para el Casandra




Hasta que en la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) no se reflexione sobre una real depuración de su membresía, seguirá tratando de aflorar el cabildeo en los premios Casandra.
Y una manera de controlar ese laborantismo de algunos, es ensayando la fórmula de establecer un jurado de nominación y otro de premiación, tal y como acontece en galardones de prestigio como los Grammy Latino.
Entendemos que en los últimos cuatro o cinco años se ha acertado en un 85% en la selección de ganadores del Casandra, pero no deja de ser un dolor de cabeza para el comité ejecutivo de Acroarte que sus miembros sepan ser justos a la hora de las votaciones finales.
De ahí que se han suscitado serios conflictos con cronistas de arte que han sido impedidos sufragar en determinados renglones del Casandra porque se ha detectado que tienen alguna relación “muy estrecha” con determinados artistas.
Y aunque aplaudimos esa medida, entendemos también que es la misma directiva de Acroarte la que debe empezar a plantearse como cumplidora de ciertos códigos de la ética.
Por ejemplo, se había prohibido que para ser parte del comité ejecutivo, no podía el cronista candidato a algún puesto o cargo prestar sus servicios profesionales a ningún artista, figura de la TV o evento que pudiera competir en los premios Casandra.
Y aunque creemos en la pulcritud de la actual directiva, con eso no se ha cumplido, es decir que las reglas deben empezar desde arriba hacia abajo. El asunto es complejo y necesitará de amplios debates.

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