Máximo Jiménez, radiografía de un árbol que se seca


La gente no sale del asombro al leer los términos y el vocabulario al que apela el presidente de Acroarte, Máximo Jiménez, para referirse a un colega suyo, periodista, miembro de la asociación, y ex presidente de la entidad como es Miguel A. Rivera.
Hace un momento, los integrantes de una peña que se organiza en las tardes en la cafetería del Supermercado Nacional de la Abraham Lincoln, comentaban las desacertadas expresiones del presidente de Acroarte en su carta, con lo que se le acaba de caer lo que de imagen le quedaba, según los contertulios donde habían periodistas, locutores, productores de programas y hasta un poeta. 
Comparar a un periodista serio, de una trayectoria intachable, con una "ladilla", hablar de "joder", es una falta de respeto y una desconsideradión imperdonable.
Echarle en cara que le hizo un gran favor incluyendo en la fiesta de Navidad a un grupo musical para que le tocara a los cronistas, como si la fiesta fuera suya y no de la asociación, es un gran despropósito. 
Hasta ahí no se debe llegar, y nadie con criterio y que se maneje con respeto hacia los demás podrá estar de acuerdo con ese proceder. 
¿Qué es lo que está pasando por la mente de Máximo Jiménez? ¿por qué al asumir el cargo como presidente de Acroarte ha sido tan desconsiderado con sus colegas, desde los más humildes hasta los más encumbrados?
¿Cómo es posible que use un lenguaje tan orillero, para poner de manifiesto su desacuerdo con un compañero, como si pretendiera avasallarlo? ¿Cómo también llegar al extremo de cuestionarle negociaciones y gestiones que hizo con la Cervecería Nacional Dominicana, con el propósito claro de disminuirlo y estigmatizarlo, como si hubiera hecho algo malo? 
Como pueden ver, no hay nada de sensatez en Máximo Jiménez, quien demuestra en todo momento un temperamento psicorígido, volátil y explosivo a la vez, sin parar mientes en que le hace daño a la institucíon y a su gente, en su afán desmedido por demostrar que es "el jefe". 
"No sabíamos que la presidencia de Acroarte podía transformar a la gente de ese modo", decía el propietario de una estación de radio esta tarde en la peña del supermercado. Eso da pena. 
Nuestras críticas a la gestión de Máximo Jiménez, como las del manejo de relaciones públicas en su entorno, en modo alguno las llevamos al plano personal.
¡Nada personal! Por ello nos atrevemos a sugerirle a sus amigos y gente cercana que por favor acudan en su axilio. Traten de rescatarlo, porque se pierde Máximo, de manera lastimosa...
Hay laberintos de donde dificilmente se regresa si no se detiene el tránsito a tiempo...
Joseph Cáceres

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