Estoy en Puerto Rico…

Regresé el lunes de Nueva York y no pasaron dos días cuando ya estaba tomando un nuevo avión a San Juan, Puerto Rico, a donde llegué la mañana de este miércoles para unirme a las presentaciones que Toño Rosario realiza por la llamada Isla del Encanto.
Pero debo volver a insistir en una cosa y es sobre las deficiencias que se han venido generando en el Aeropuerto Internacional de las Américas, de la capital dominicana, luego que fue concedido a un consorcio mexicano.
Ya habíamos hablado del deterioro en los servicios sanitarios, la precaria señal del internet inalámbrico en las puertas de embarque y las incomodidades en el área de chequeo.
A ello ahora se suma el caos que se armó en la madrugada del mismo miércoles cuando disponíamos dejar nuestro vehículo en el lugar destinado al parqueo de larga duración.
Aparte del aumento inmisericorde de más de un trescientos por ciento del costo del parqueo, las máquinas que expiden las tarjetas de control para accesar a la zona no funcionaban y nos estaban conminando junto a otros conductores a un lugar no muy seguro para uno dejar un vehículo por varios días, a lo que nos rehusamos hasta que la situación pudo resolverse.
Casi pierdo mi vuelo a Puerto Rico por este contratiempo.