¿Y dónde se ha metido Julio Sabala, se le habrán acabado los personajes?




El imitador dominicano es buscado hasta con su propia lupa. De buenas a primeras ha desaparecido de los grandes espectáculos.

Y parece ser que a Julio Sabala se le acabaron los cuentos y los artistas qué imitar en sus espectáculos.
Una vez se le llamó el “imitador inimitable”, “el hombre de las mil caras” y demás motes que le granjearon popularidad aquí y en el exterior.
Logró fama con sus caracterizaciones de Julio Iglesias, Celia Cruz, Stevie Wonder,Lionel Richie, Cantinflas, entre otros. Era toda una celebridad.
Luego comenzó a "domesticar" sus actuaciones imitando a Juan Luis Guerra, Toño Rosario, Anthony Santos y otros artistas dominicanos.
Sin embargo a Sabala, quien luego anunció que se dedicaría a realizar su propia carrera como cantante y ya no de imitador, desapareció de buenas a primeras de los grandes espectáculos.
Solo se supo de un corto “picoteo” que tuvo meses atrás haciendo de nuevo su gastado personaje de Julio Iglesias en la inauguración de la nueva Arena Deportiva de Santiago, pero nuevamente se esfumó.
Como es conocido, Julio Sabala, quien reside en Miami, venía constantemente al país a pasear y encontró aquí de compañero de andanzas al hijo del empresario artístico Cesar Suárez que lleva su mismo nombre y quien se convirtió en su representante.
Con su fama de enamoradizo, en Dominicana quiso “fildear” con algunas chicas del medio. No sabemos si fue exitoso en sus propósitos, pero una amiga me comentó que el hombre "se le tiró" cual "agente antimotines" y que era muy "labioso", que el problema de los artistas de la imitación como él, es que no se sabe cuando está hablando en serio o si lo suyo es una caracterización.
En tanto, sobre su inercia en el espectro artístico muchos responsabilizan a los periodistas mexicanos de haber “azarado” la carrera de Sabala, luego de entrarle como “a la conga” al imitador (se dice en supuesta actitud de racismo) cuando anunció que tenía una relación de noviazgo con la cantante azteca Ana Bárbara, que luego terminó inesperadamente, lo que alimentó los rumores de que aquello se trataba de un “bulto” publicitario.
A ello se suma el enfado que presuntamente antes provocó a Univisión, que era su principal medio de proyección, por unos comentarios que hizo durante su participación como conductor de los premios “Lo Nuestro”, que organiza la influyente cadena de televisión y la que jamás volvió a tomarlo en cuenta.

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