La verdad que ya es el colmo, como admitir tanta actitud de avasallamiento contra colegas y peor que esta situación la motorizan gente que olvidan que comparten contigo el mismo oficio solo porque se están ganando unos cuantos pesos como coordinadores de prensa de ciertos espectáculos.
No podía creer que al periodista Moises Balbuena le exigieron no escribir en su cuenta de twitter cuestionamientos que hacía a la organización de la presentación de los djs del grupo Swedish House Mafia en el puerto de Sans Souci.
A Balbuena casi hasta le quitan su teléfono Blackberry en este evento de música electrónica solo porque criticaba la falta de parqueos seguros en el área e instaba a los productores de PAV Entertainment a desarrollar una mejor logística. Pero ellos saben a quienes le vienen con pendejadas.
Me cuentan además que dieron unos tickets para refrigerios pero en ninguna de las carpas valían nada y los encargados de prensa no ayudaban. Pero esos inconvenientes lo tapan.
¿ Dónde está la ética?
Es lo mismo que pasa cuando eres relacionista público de un show y como periodista escribes a la vez la crónica para el periódico que trabajas.
Es de esperar que dejarás a un lado los puntos negativos y reseñaras que todo fue perfecto ¿ dónde está la ética? Esa experiencia se vivió en un reciente concierto realizado en Santiago.
Y qué decir del recordado impasse de unas sillas de la prensa que se apropió en un recital una colega para conservarlas para un conocido político.
Y tanto que hablan de no al retroceso en ciertas campañas proselitistas y se cobijan bajo el mote de "la nueva generación" de la crónica de arte, ¡pero qué generación, atropellando su misma clase!
No hay comentarios:
Publicar un comentario