Una auditoría a los seguidores de las figuras más populares en Twitter podría revelar que no
tienen tantos seguidores como se piensa.
A menudo, cuando se trata de personalidades del arte y el mundo del espectáculo, o incluso de la opinión pública, el número de seguidores en la red social Twitter puede ser citado como un indicador de popularidad. Pero si un alto porcentaje de estos seguidores constituyen cuentas falsas, ¿podría ser un indicio de que no son tan creíbles, populares o influyentes como se piensa?
No necesariamente. Lo que demuestran herramientas como Fakefollowers, Fake Follower Check y Twitteraudit, tres aplicaciones en línea que permiten medir el número de seguidores falsos, inactivos y “buenos” que tienen los usuarios en Twitter; es que más allá del número de seguidores, debería hablarse de “nivel de influencia” en las redes sociales, es decir, la cantidad de interacciones y retuiteos que se logran.
Las cuentas falsas pueden tener distintos orígenes. Aunque el narcisismo puede ser una fuente (gente crea usuarios falsos para seguirse a sí misma para posicionarse, legitimarse o lograr credibilidad en Twitter), el origen principal de los seguidores falsos es la industria del spam.
Debido a que estas tres aplicaciones utilizan criterios distintos para hacer las mediciones, los resultados también pueden ser muy dispares. Pero el tema del spam es uno de sus principales criterios para evaluar si un seguidor cae en la categoría de falso.
Es común entre las cuentas falsas palabras como “dieta”, “ganar dinero” y “trabaje desde casa”, según se explica en la página de Fakefollowers, la herramienta que más criterios aplica para filtrar seguidores. Esa página también evalúa si el 90% de los tuits son retuiteos o enlaces a otras páginas, o si la cuenta nunca ha tuiteado.
En el caso de Fake Follower Check, las cuentas que siguen a muchos usuarios, pero son seguidos por unos pocos, pueden ser consideradas falsas. También, muchas empresas que usan Twitter como un medio de difusión, se dedican a tuitear el mismo mensaje y no a interactuar, lo que le hace caer en la categoría despammer. Mientras que Twitteraudit toma en cuenta el número de tuits, la fecha del último posteo y la proporción de amigos de quienes siguen la cuenta auditada.
Curiosamente, el comportamiento de muchos usuarios en Twitter podría ser exactamente ese: siguen a más personas de las que les siguen (el 80% de los usuarios tienen menos de 10 seguidores, publica BBC Mundo en su portal), se limitan a retuitear a los demás o a tuitear enlaces a páginas curiosas, entre otros comportamientos “sospechosos” para los investigadores del spam.
La Lupa Sin Trabas quiso saber, utilizando las citadas herramientas, cuántos seguidores falsos tienen cinco de las personalidades más seguidas en Twitter en República Dominicana y para ello introdujo sus nombres de usuario en esas plataformas.
Mientras Fake Follower Check arrojó resultados que podrían explicar por qué Twitter podría no ser tan bueno para reunir dinero para una causa social; Fakefollowers mostró cifras muy distintas, en general favoreciendo a los usuarios “buenos”; mientras que Twitteraudit mostró resultados donde, en la mayoría de los casos, los seguidores “reales” apenas superan la mitad.
Consulte estas herramientas en:
http://www.socialbakers.com/twitter/fakefollowercheck/
http://fakers.statuspeople.com/
http://www.twitteraudit.com/
Puede comprar seguidores
Si el tema no le preocupa, siempre queda la opción de comprar seguidores (falsos, por supuesto). Una simple búsqueda en Google le permitirá acceder a cientos de páginas que ofrecen paquetes de seguidores que van desde los 1,000 hasta los 200,000 mil seguidores en Twitter. Se supone que la estrategia de comprar seguidores falsos podría ayudar a los clientes de ese negocio a obtener más seguidores “buenos” de forma espontánea. La promesa puede materializarse hasta 12 horas después de haber comprado el paquete, cuyo costo inicial podría ser hasta 10 dólares, según el servicio que contrate.
Fuente: LaLupa.com.do
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