Las cenizas después de un gran fuego

Anthony y Yolandita

Yolandita Monje y Anthony Ríos hicieron cómplice al público de sus recuerdos de amor. Desnudaron su alma en cada tema y dejaron claro que serán eternos en el escenario

Escrito por: Miguelina Terrero
EL NACIONAL

El público saboreó con intensidad anoche, el sentimiento de complicidad que le transmitieron la puertorriqueña Yolandita Monje y el dominicano Anthony Ríos, quienes subieron al escenario de la sala grande del Teatro Nacional, a protagonizar un reencuentro de sentimientos, luego de su sonado romance hace ya 25 años.

Así como en las novelas, la sala llena contaba con personas que con una emoción indescriptible disfrutaron cuando estos dos artistas, muy amados, recontaron el amor que se tuvieron, con anécdotas, canciones, besos de amigos y hasta tomadas de mano.

Cada canción pareció ser compuesta para contar su historia, porque cada uno de los éxitos cantados, encajó a la perfección con lo sentimientos que afloraron en ellos cuando se amaban, pero también algunas describen lo que sienten y quieren decirse ahora, que ya han hecho vida separadas.

Los dos, son reyes de la palabra, la improvisación y la gracia. Anthony tranquilo con sus libras de más, vestido de negro y sumamente elegante a pesar de todo, entre temas contó cómo la conoció y como la amó, detalló muchas peleas.

No dejó de decir que ha sido mujeriego y ahora “después de viejo se ha puesto muchachero” porque le gustan las jóvenes. El concierto inició con él solo en el escenario y la interpretación de temas como: Señor del pasado, Nube gris, Comprender más y amarse menos, La Z, Fatalidad, Si entendieras y Su un día te sientes solo, entre otros.

Yolandita, coqueta, graciosa y muy elegante en sus tres cambios de ropa, entró al escenario justificando el por qué habia olvidado a Anthony con el tema “No lo recuerdo”. Explotó como siempre su fuerte que es, además de su voz y temas profundos, el contacto directo con el público. Bajó del gran escenario y su sumergió entre la gente, besó, abrazó, se tomó fotos con quien se lo pidió, posó para cada cámara, y hasta descansó cómodamente en las piernas de algunos varones.

Con el público completo bajo su dominio, regreso al escenario despacio, descalza y pidiendo a un caballero le ayudara a ponerse los zapatos. Interpretó: La distancia, Señor del pasado, El amor, A pesar del tiempo, Cómo puedes, El poder del amor y otras.

Minutos después, por fin juntos en escena los dos cantantes parecían disfrutar la acogida del público que no solo cantaba y pedía sus canciones, sino que se manifestaba emocionado de ser cómplice de su reencuentro. Ellos cantaron, hablaron, se abrazaron, dejaron claro el respeto por la pareja de Yolandita, pero también quedó la certeza de que no son pocas las cenizas que quedaron de aquel inmenso fuego.

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