"Acroarte para los cronistas y el Casandra para los artistas", ese discurso se lo llegué a escuchar hace algunos años a un candidato a la presidencia del gremio que agrupa los periodistas de espectáculos. Pero el asunto se quedó en eso, en una promesa de campaña.
Y ese ha sido el accionar de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), de subsistir solo para organizar los codiciados premios Casandra y no ocuparse de sus miembros, a los que solo les ofrecen seminarios educacionales de un par de horas y una fiesta navideña a fin de año.
Traigo el tema a colación a propósito del conflicto público que sostienen los periodistas Joseph Cáceres y Jary Ramírez, donde Acroarte, por ser ellos parte de la institución, debiera jugar un rol de mediación, a fin de que busquen un punto de entendimiento.
Y más aún porque Cáceres cuando trataba el tema del narcotráfico en la farándula, incluyó el nombre de Acroarte, al referir que luego ciertos artistas apadrinados por gente de negocios turbios se aparecen en la entidad con la "funda" de dinero en busca de sobornar para que se les nomine al Casandra.
Pero el caso es que Acroarte hace rato debió auspiciar un encuentro entre Joseph y Jary ¿ o le dejarán eso a la veterana periodista Zoila Puello que es una especie de "Agripino Núñez" en eso de mediación?
Ya Zoila lo hizo con el propio Joseph Cáceres cuando tuvo un enfrentamiento con el periodista José Antonio Aybar, a los que puso a que se estrecharan las manos.
Pero ese es un rol que le debe competir a Acroarte, como debió pronunciarse cuando denunciamos por aquí del atropello de que fuimos víctimas en una actividad en Santiago los colegas Severo Rivera, Chico Arias y yo, irónicamente por parte de una ex presidenta de ese gremio, Marivell Contreras.
Y no voy a seguir con otras situaciones en las que se han cruzado de brazos, talvez por estar ocupados con el Casandra. Pero la lista es larga.
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