Es irresponsable por parte del comediante Wilson Díaz endosarle la responsabilidad a la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) del supuesto descenso que él dice ha sufrido el humor en la República Dominicana.
Es por demás infantil señalar que eso se debe a que Acroarte se ha resistido a crear una categoría en los premios Casandra que reconozca la labor de los libretistas humorísticos como él.
Pero donde la exagera es cuando advierte que la razón de malos libretos en la televisión criolla es porque no hay precisamente un premio para estos. Anjá, qué buena manera de justificar la pereza o la falta de talento de algunos.
Entiendo la preocupación de Díaz en su reclamo de la inclusión del citado renglón, a mi particularmente me lo ha planteado en el pasado, pero para nadie es un secreto que es cuestionable en términos de calidad gran parte de la producción humorística que se realiza en el país.
Salvo los casos de sus colegas Raymond Pozo y Miguel Céspedes, quienes ha demostrado ser más ingeniosos, lo demás deja mucho que desear.
Pero también a qué descenso del humor es al que se refiere Wilson Díaz en una entrevista para El Nacional, si Pozo y Céspedes, por ejemplo, gozan en su programa de una facturación envidiable y los niveles de audiencia lo colocan como los líderes en su rama.
El tal descenso será para aquellos que no han podido quizás sintonizar con la gente por falta de creatividad. Estemos claros.
Es por demás infantil señalar que eso se debe a que Acroarte se ha resistido a crear una categoría en los premios Casandra que reconozca la labor de los libretistas humorísticos como él.
Pero donde la exagera es cuando advierte que la razón de malos libretos en la televisión criolla es porque no hay precisamente un premio para estos. Anjá, qué buena manera de justificar la pereza o la falta de talento de algunos.
Entiendo la preocupación de Díaz en su reclamo de la inclusión del citado renglón, a mi particularmente me lo ha planteado en el pasado, pero para nadie es un secreto que es cuestionable en términos de calidad gran parte de la producción humorística que se realiza en el país.
Salvo los casos de sus colegas Raymond Pozo y Miguel Céspedes, quienes ha demostrado ser más ingeniosos, lo demás deja mucho que desear.
Pero también a qué descenso del humor es al que se refiere Wilson Díaz en una entrevista para El Nacional, si Pozo y Céspedes, por ejemplo, gozan en su programa de una facturación envidiable y los niveles de audiencia lo colocan como los líderes en su rama.
El tal descenso será para aquellos que no han podido quizás sintonizar con la gente por falta de creatividad. Estemos claros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario